Las plantas que proporcionan un impresionante despliegue de flores rojas y semillas comestibles son una opción que no debe pasarse por alto. En todo el mundo hay distintas variedades de estas plantas, de diferentes formas y tamaños. Las judías, las guindillas y las calabazas son algunas de las más fáciles de encontrar y cultivar. Sin embargo, hay un tipo de planta en particular que proporciona un espectáculo increíblemente bello y llamativo de flores rojas: el jacinto.
Para quienes no lo sepan, el jacinto no es una planta fácil de encontrar ni de cultivar. Esto se debe principalmente a su delicada naturaleza y a su necesidad de un entorno muy específico tipo selva tropical para prosperar. Dicho esto, cuando se cultiva adecuadamente y se cuida, no hay nada más gratificante que la visión de sus coloridas floraciones.
¿Qué es la planta de jacinto?
El jacinto es una enredadera trepadora perenne originaria de Costa Rica, Honduras y Nicaragua, así como de partes de México. También se conoce como pejibaye, chontaduro o pijibay, ya que éstos son sus nombres más tradicionales en los países en los que se encuentra. Su tronco suele ser bastante rugoso y en forma de rama, y sus hojas son largas y tienen una fuerte nervadura central.
En cuanto a sus flores, son increíblemente grandes y pueden variar mucho de color, desde un rosa claro a un rojo mucho más intenso. La planta también produce frutos de forma redondeada que suelen tener un color entre amarillo y rojo una vez maduros.
¿Cuáles son los beneficios del jacinto?
Uno de los principales beneficios del jacinto es que sus hojas son especialmente buenas para techar grandes construcciones, ya que proporcionan una cobertura excelente. Además, sus frutos son comestibles, lo que la convierte en una planta muy útil para tener en cualquier jardín. Sin embargo, lo más destacado son sin duda sus impresionantes flores rojas, que ofrecen un hermoso espectáculo durante toda la temporada estival.
Cómo cultivar el Jacinto
Debido a su naturaleza sensible y al entorno específico que requiere, cultivar el Jacinto puede ser bastante difícil. Por lo tanto, es importante identificar primero su hábitat natural y tratar de recrearlo lo más fielmente posible al cultivarla. Esto incluye proporcionarle un entorno similar al de la selva tropical, con mucha humedad, mucho sol y mucho espacio para que se extienda.
El método más recomendado para plantar el Jacinto es a partir de esquejes. No se recomiendan las semillas, ya que afectarán al color de la floración y a la calidad de los frutos. Para cultivarlo a partir de esquejes, tendrás que obtener un esqueje de una planta ya establecida y plantarlo en una zona bien drenada de tu casa o jardín.
El suelo debe ser rico en humus y estar bien aireado y húmedo, pero no empapado. Asegúrate de dejar espacio suficiente en la maceta o alrededor de la planta para permitir el crecimiento de la enredadera. Con el entorno adecuado, deberías empezar a ver resultados en tres o cuatro meses, con las primeras floraciones en verano.
Palabras finales
El jacinto es una planta increíblemente bella y llamativa que puede añadir un gran valor a cualquier jardín. Ya sea por sus frutos comestibles, su exuberante follaje verde o sus hermosas flores rojas, es sin duda una planta que merece la pena tener en cuenta para cualquier aficionado a la jardinería que busque un toque único para su jardín. Con un poco de cuidado y atención extra, pronto podrás tener la Jacinto proporcionándote un hermoso despliegue de flores rojas y deliciosos frutos.